Secretos del congelador: cómo conservar mejor los alimentos
Introducción
El congelador es un recurso increíble para quienes desean conservar los alimentos durante mucho tiempo, ya que les ayuda a conservarlos frescos durante un período de tiempo significativamente más largo que simplemente almacenarlos en el refrigerador o a temperatura ambiente. Aprovechar las bajísimas temperaturas del congelador para conservar los alimentos no sólo permite conservar los distintos nutrientes y evitar la multiplicación de gérmenes y bacterias responsables del deterioro, sino que también representa un método eficaz para limitar el desperdicio de alimentos. Pero como una moneda, la congelación también tiene dos caras. De hecho, muchas veces sucede que nos damos cuenta de que algunos alimentos, una vez sacados del congelador y descongelados, han perdido su consistencia original y también su sabor. Este fenómeno es particularmente evidente cuando se trata de alimentos ricos en agua u otros líquidos. ¿La razón? Principalmente debido a los cristales de hielo que se forman durante la congelación y que pueden alterar la estructura de las células de los alimentos. Los alimentos que contienen una gran cantidad de agua, como las frutas y verduras frescas, se ven especialmente afectados por este fenómeno. Ante esto, parece claro que no todos los alimentos son aptos para su conservación en el congelador o en cualquier caso, si se congelan, pueden sufrir cambios más o menos importantes. Estos cambios pueden afectar a la consistencia, al sabor, pero también al valor nutricional. Por eso es importante saber qué alimentos se conservan mejor a bajas temperaturas y cuáles pueden verse afectados por la congelación. En este artículo nos centraremos en el correcto almacenamiento de los alimentos en el congelador. Exploraremos qué alimentos resisten mejor la congelación y cuáles sufren cambios. También sugeriremos técnicas de congelación para asegurar la mejor conservación posible y evitar al máximo alteraciones de consistencia y sabor. El objetivo es ayudarle a aprovechar al máximo su congelador, almacenando sus alimentos correctamente y limitando el desperdicio, sin comprometer la calidad y el placer de sus alimentos.
Diferencia entre congelado y ultracongelado
El concepto de congelado y ultracongelado, además de hacer referencia a una técnica diferente de conservación de los alimentos, también está muy ligado a la temperatura a la que se someten estos últimos. Ambos métodos tienen como objetivo mantener las propiedades de los alimentos por más tiempo, sin embargo, no todo el mundo es consciente de las diferencias sustanciales entre estas dos técnicas. Para empezar, ultracongelado se refiere a los alimentos que se almacenan a una temperatura de -18°C. Esta temperatura es crítica para garantizar que el alimento mantenga inalteradas sus características organolépticas y perfil nutricional. El proceso de congelación consiste en llevar el alimento de 0° a -40°C en un corto periodo de tiempo. Durante este proceso, el agua presente en el interior del alimento se transforma en microcristales de hielo que no dañan la estructura celular del alimento, permitiéndole mantener intactas sus propiedades nutricionales y organolépticas. Congelados, por otro lado, se refiere a alimentos que se almacenan a una temperatura de -12°C. A diferencia de la congelación, la técnica de congelación se produce lentamente, llevando los alimentos de 0° a -18°C en un tiempo más largo que la congelación. Este proceso provoca la formación de cristales de hielo de mayor tamaño que pueden alterar la estructura celular del alimento provocando una pérdida parcial de sus propiedades. Por este motivo, el proceso de congelación puede provocar una alteración parcial del sabor, consistencia y apariencia de los alimentos. Es importante subrayar que, aunque no son lo mismo, ambos procesos tienen como objetivo conservar los alimentos por más tiempo, reduciendo el riesgo de degradación y crecimiento de bacterias patógenas. Sin embargo, es fundamental prestar atención a la temperatura y la técnica utilizada para preservar el valor nutricional y la textura de los alimentos.
Alimentos que no se deben congelar
Consejos y recomendaciones
En el proceso de congelación de alimentos son necesarios algunos pasos fundamentales para asegurar la mejor conservación posible. El primer paso es limpiar y lavar bien los alimentos. Esto es importante para eliminar cualquier elemento externo que pueda afectar la calidad de los alimentos durante el almacenamiento. Frutas, verduras, carnes, pescados, exactamente como los trajiste a casa del supermercado: lávalos con agua corriente y sécalos con papel de cocina antes de congelarlos. Un segundo principio fundamental es dividir los alimentos en porciones pequeñas. Esto no sólo facilita la gestión del espacio dentro del congelador, sino que también permite descongelar exactamente la cantidad de alimentos que necesitas en un momento determinado, evitando el desperdicio. Elegir el paquete de congelador adecuado puede marcar una gran diferencia. Es imprescindible utilizar bolsas herméticas para congelar o recipientes especiales capaces de aislar completamente los alimentos de las bajas temperaturas del congelador, sin comprometer su calidad. Este tipo de envases evitan la oxidación de los alimentos, evitando así el llamado “sabor a congelador”. Otro consejo útil se refiere al etiquetado de los alimentos. Es importante adquirir el hábito de colocar una etiqueta en cada paquete del congelador, con la fecha de congelación. Este simple gesto ayuda a mantener bajo control la rotación de los alimentos y consumirlos dentro de su vida útil óptima. Por último, pero no menos importante, es fundamental mantener tu congelador limpio y organizado. Además de una cuestión de higiene habitual, la limpieza periódica del congelador ayuda a mantener la eficiencia energética del aparato y evita la acumulación de hielo, que puede limitar el espacio disponible para almacenar alimentos. Organizar correctamente los alimentos dentro del congelador también facilita la localización de los productos, reduciendo el tiempo de apertura del congelador y, por tanto, limitando la dispersión del frío. Congelar alimentos es una excelente solución para conservar los nutrientes y tener siempre ingredientes frescos disponibles. Sin embargo, como habrás comprendido, para congelar los alimentos correctamente es necesario seguir algunas reglas fundamentales. Así que recuerda limpiar y lavar los alimentos antes de congelarlos, dividirlos en porciones pequeñas, utilizar bolsas o recipientes herméticos y etiquetar cada paquete con la fecha de congelación. Por último, no olvides mantener tu congelador limpio y organizado. ¡Feliz congelación!